Nuestra llegada a Alagaësia (Libre) (29 de Enero de 1808)

Recuerdo del primer mensaje :

Tras pasarnos dos semanas nadando todo lo rápido que pudimos llegamos a Alagaësia. Nos salimos de la playa y vi como mi cola de sirena azul volvía a transformarse en mi vestido. Este lugar parece un desierto., les dije a mis primos. No se oye ni el canto de los pájaros. ¿Alguno de vosotros sabe algo sobre dónde estamos y cuanto nos falta para llegar al castillo? No sé nada sobre este lugar y solo me suenan las antiguas leyendas. Dicen que aquí hubo un jinete del dragón que se llamaba Eragon y creo que fue por eso que tus padres te pusieron ese nombre y a Roran le llamaron en honor al primo de Eragon.

De repente vi que surgió Jacen de la nada. Sí, le conozco., respodí a Eragon. ¡Jacen! ¿Qué haces tú aquí? Notaba desconfianza entre una de las doranias y un doranio, pero Isis y Eragon parecían confiar más, aunque se notaba que a Eragon no le caía bien Jacen. Ese traidor nos traicionó a todos. ¿A qué has venido?

Los doranios estaban a punto de irse, así que me dirigí a Jacen. No conseguirás tus objetivos tan fácilmente, Jacen. Además, no estoy aquí para discutir contigo, estoy para cumplir con mi deber, así que puedes irte por dónde te has venido. ¿Creéis que me podré ir con vosotros?, les dije a los doranios. ¿Espadas doradas clavadas en piedra hechas con hojas de metal? Nunca había visto ninguna aparte de en libros antiguos y sentía curiosidad, pero tenía que mantenerme alerta no fuese a ser que Jacen hiciese alguna de sus maldades. Tenía la inmensa desgracia de haberle conocido. Estuvimos juntos durante dos años, pero ya haría un año que se pasó al lado oscuro y corté porque no quise seguir con alguien del otro bando.

Off: ¿Os pongo de Jinetes del Dragón?

Vámonos ya. Por mí se puede venir Xia. Les vi discutir, sabía demasiado bien lo que eran las peleas entre enamorados, algunas llegué a tener con Tristan. De repente vino Hesther, la dragona de mi madre y parecía alarmada. ¿Hesther? ¿Qué pasa? Quizás está nerviosa porque siente a Galbatorix., les dije a mis primos mientras la acariciaba. Mis hermanos Nymeros, Ellaria y Daenerys tenían dragones, pero el resto de los hermanos no y a mí siempre me habría gustado haber conocido a la mía. Bajo el agua era imposible tener dragones, así que ya me había resignado.

Jacen no me contestó así que decidí ponerme a ignorarle. Era un pesado cuando se ponía a hablar así, pero perdía el tiempo conmigo. Aunque me resultase imposible olvidar que estuvimos juntos, él ya no me gustaba y tendría que entenderlo algún día. La frase "Yo nunca saldré con un Señor de la Oscuridad.", con la que yo corté con él seguro que aún le daba vueltas por a su mente. Me voy con vosotros., les dije a los doranios. Quería ir con ellos, además necesitaban ayuda y esa era mi misión. ¿Está lejos de aquí la espada?, les pregunté. El chico de la Tierra parecía incluso más sorprendido aún que lo que lo estaba yo, pero no me extrañaba. Dijo que venía de Nueva York, el lugar al que mandaron a mi madre de prácticas por primera vez y no me extrañaba nada su expresión de sorpresa. Según mi madre allí, pese a no tener tanta tecnología como en Rodantis, había bastante más que en Draconia.

Me subí junto con James y a Xia en Hesther y llegamos al bosque. Era un sitio precioso y parecía agradable para vivir allí. No era un descampado como el Valle del Sol, sino se notaba la esencia de las plantas. Y como tenía poder sobre las plantas me gustaban las zonas verdes, llenas de plantas y árboles. A diferencia de Er, yo nunca había querido ser Reina y sólo lo era porque me tocó al haberse muerto demasiado pronto mi esposo. No me gustaba mandar, pero era mi deber y tenía que hacerlo como mejor se me diese. Este sitio parece más bonito., les dije. Tiene vida. Bueno, creo que voy a parar de mirarlo y me voy a concentrar en encontrar la espada. ¿Sabes dónde está, Er?

Off: ¿Roran quieres tener un dragón? Er, Ok.