Una acampada más (LIBRE) (12 de Febrero de 1808)

Estaba paseando por Florinia acompañando a mi sobrina Florinda. Nosotros, los medianos como nos llamaban el resto de criaturas, desde que los humanos poblaron cada vez más nuestra querida comarca nos acabamos mudando a Dorania gracias a un portal que nos indicó una joven elfina llamada Sereniel. Ese portal estaba en una playa de España y allí nos metimos numerosos medianos, elfos y enanos. Los medianos fundamos el reino de la Nueva Comarca y los elfos y enanos también fundaron sus propios reinos. Yo también descendía de Maura Labingo (Frodo Bolsón) y su esposa Marcarita Brandagamba (Margarita Brandigamo). Me encontré con los príncipes de allí junto con otros a los que no conocía. Buenos días. Me presento, soy Marcarita Tuk.

Menos de nada, déjalo primito. Le dije con una sonrisa de ironía. Tenía sospechas al ver a mi prima Cattie, pero ignoré el comentario porque parecería una pesada. Cuando era pequeña me llamaban Isis la Obstinada, porque siempre insistía en las cosas cincuenta veces cuando el resto de mis primos no lo hacía. Me acerqué, junto a mis hijos, a los ronetas y a las medianas que habían venido como señal de bienvenida. Bienvenidos Kirk, Jaina, Florinda y Marcarita, yo soy Isis Moncrieff. No sé nada de vuestra nave, pero aquí estáis bien recibidos. De repente la idea de mi primo Roran y nuestro futuro brotó en mi mente y me dí cuenta de que las cosas no iban a ser nada fáciles para nosotros dos. Temía que Erato quisiese amargarnos e intentar desheredar a mis hijos, pero no le iba a dejar.

Anda Er, no te enfades. A mí me podría haber pasado lo mismo. No me quejaba, porque sabía que podía estar encinta, pero no estaba segura. Lo mío sería más reciente que lo de mi prima. Saludé a la elfina que vino y dijo que se llamaba Selénne como mi segundo nombre. Me extrañó que no tuviese un nombre élfico, pero algunos elfos habían cogido nombres en florín así que me pareció normal. Buenos días, soy Isis Moncrieff. Recordé que cuando era pequeña me presentaba como Isis Selene de las Casas Moncrieff y Waldorf, princesa de Khalania, gran lectora, hermana de sus hermanos, hija de sus padres y prima de sus primos. Mucho había llovido desde hacía diez años, cuando conocí a Tristan, confiaba en que estaría bien y no me guardase demasiado rencor por estar con Roran.

Off: Selénne en élfico sería Rana (quenya), Ithil (sindarin) o Isil (también quenya).

Lo siento Er. Estoy teniendo una temporada en la que cada vez me comporto más como una idiota, pero estoy segura de que es solo pasajero, por suerte. Realmente estaba siendo estúpida, quizás era porque estaba muy nerviosa por Roran, pero eso no era una escusa. Yo no era así normalmente. Esta situación cada vez me estaba cambiando más y sospechaba que era para mal, pero iba a lograr que todo pudiese ser igual que antes pese a lo de Roran. Algún día todo iría bien, me dije sonriendo y entonces todos seremos felices y no habrá Eratos ni Galbatorix en este mundo que te molestasen tu vida. Confiaba en un mundo así. Las cosas tenían que mejorar y, pese a todos los problemas en los que estoy metida, no me rendiré pase lo pase.

Roran se preocupó por mí. Esperaba que no se volviese a jugar la vida por mí, me tuvo preocupada durante dos semanas hasta que todo se arregló, pero aún no tenía al brazo perfecto. Gracias Roran. Yo estoy bien. Er estaba mirando a Cattie con cara de duda, pero yo estaba convencida de que si. Ya había pasado tres embarazos y sabía distinguir a una embarazada de una que no lo estaba. De acuerdo Cattie, en el baile nos lo cuentas, aunque para que no es nada de lo que asustarse. Algún día nos tocaría a mí y a Roran, pero todavía no o al menos no lo creía. Me gustaría que fuera pronto, pero tenía la impresión de que lo mejor sería quizás esperar. Tendríamos que hablar para ver como iba a terminarse todo esto. Tenía miedo, pero a la vez quería seguir.

Cada día me preocupaba más mi primo. Sabía que lo hacía por amor, pero tenía que descansar y olvidarse un poco de cuidar de mí. No te me pongas triste Roran, que estoy bien. Soy mayor de edad y sé cuidarme sola. Tú estás peor, acabas de recuperarte del ataque de Galbatorix y no estás para preocuparte. Escuché lo que dijo y sonreí. No me gustaba verle estando triste. A veces echaba de menos tener diez años y no enterarme del mundo, pero ahora me sentía dichosa. Me había vuelto a enamorar y eso me había sentado muy bien. Era una suerte saber que estábamos juntos frente a todos los problemas. Yo también te amo y por eso no quiero que te preocupes innecesariamente de mi. No tienes que estar triste, estamos juntos y nos queremos.

Roran, tengo muchísima suerte de haberte encontrado. Estando contigo me siento muy feliz. Adiós Er., me despedí de Eragon cuando vi que se iba a Alagaësia. No nos volveríamos a ver hasta el baile. Ya nos contarás como te ha ido todo cuando nos volvamos a ver. Me acerqué a Cattie que parecía estar muy silenciosa como si estuviese ensimismada en su mundo secreto y nadie tuviese derecho de penetrar en él. Con tantos Waldorf telépatas lo llevarías claro si no supiese que tus primos te respetan, porque sino sería imposible tener secretos. Roran podría haberme leído la mente en numerosas ocasiones y tener mis mayores secretos y no lo hacía. ¿Cattie, te vas con él? Me fijé en la hora. Creo que nosotros también deberíamos irnos. Hasta luego a todos., me despedí con un abrazo.